Todas las chicas nos hemos imaginado desde pequeñas en nuestro súper vestido, vivir el momentazo a lo ¨pretty woman¨ buscando el indicado en un probador, en una peana, nuestras más íntimas, y champán. Probar y probar vestidos, enterrarnos en un mar de tul, organza y encaje… Es un momento de película, la verdad. Yo lo he vivido y merece la pena 100%. Pero para ello, debemos seguir una serie de ¨pasos¨ para asegurarnos que todo sean risas y felicidad, y no haya lágrimas…
Cuándo empezar a buscar el vestido de novia
Lo más normal para la mayoría de las novias es elegir un vestido pret-a-porter de las colecciones de las casas de moda nupcial: Aire Barcelona, Jesús Peiróo, Pronovias, Rosa Clará…
En estos casos, lo ideal es empezar la búsqueda unos 9 meses antes, y te voy a explicar por qué. Si todo va como la seda, visitarás 1 o 2 tiendas antes de encontrar tu vestido. Una vez que lo eliges, con tus medidas desde la tienda hacen el pedido a la fábrica, donde confeccionarán tu vestido, el que vas a llevar el gran día. Para esto suelen tardar unos 3-4 meses Y, claro, dirás que sobra tiempo… Y es verdad. Pero claro, estamos considerando que has encontrado tu vestido ideal enseguida, en la segunda tienda como mucho. Pero, en realidad, muchas veces no pasa esto… Puede ser que no acabes de encontrar lo que buscas, que tengas que desplazarte a otras provincias, y que la búsqueda de tu vestido de novia se alargue un poco más de la cuenta. A demás, hay que tener en cuenta que una vez que llega tu vestido, el que han confeccionado para ti, tendrás que ir a probarlo y ver qué modificaciones necesita: coger el bajo, las mangas, añadir un encaje… Y todo esto suele llevar también otro mes para ir tranquilas.

La Talla
Cuando empezamos a fijar citas para probarnos vestidos debemos tener muy en cuenta nuestra talla y asegurarnos que allí donde vamos a ir a probarnos vestidos tienen muestrarios de nuestra talla.
Imagina que llevas una talla 44, nada exagerado. Pero los muestrarios habituales de las tiendas de vestidos de novia son una 38-40. Claro, a ti una 38 pues difícilmente te va a subir, y mucho menos cerrar. Y al contrario igual: si eres pequeñita y usas una 32-34, pues en una 40 te vas a ver nadar.
A lo que me refiero es que es muy difícil imaginarse en un vestido de novia sin probárselo y ver bien cómo te queda. Un vestido de novia no es algo que llevemos todos los días, no estamos habituadas a vernos en él, por lo que nos va a costar mucho trabajo echarle imaginación para poder identificar que el vestido que malamente nos hemos puesto por encima es o no el vestido de nuestros sueños… Pero don´t panic! Aunque los muestrarios habituales son talla 38, no quiere decir que no haya vestidos de muestra para probar de otras tallas, ¡claro que los hay! Simplemente asegúrate de avisar en la tienda donde vas a ir a probarte de cuál es tu talla, para que se aseguren que el día de tu cita podrás probarte vestidos que te hagan sentir mariposas en el estómago, y te puedas sentir novia e imaginarte caminando al altar.

El presupuesto del vestido de novia
A mí, como Wedding Planner, me parece uno de los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de buscar el vestido de novia. Antes de empezar la búsqueda, debemos fijar un presupuesto y comunicarlo en los talleres/tiendas donde vayamos a probarnos para asegurarnos que no nos pasamos.
Imagínate que entras en la tienda y te empiezan a enseñar vestidos, de todo tipo, sin filtro, para que elijas cuál quieres probarte. Lo ves ahí, tu vestido, ideal, te está llamando. Tiene todo lo que habías soñado, espectacular. Te lo pruebas, te encanta. Te enamoras, lloras, te ponen el velo, llora tu madre, llora tu abuela… ¡es él!
- ¿Y qué precio tiene?
- Este sale por 4500 € más velo, más cancán y arreglos aparte.
Y se te cae el mundo encima, y lloras, pero ya no de alegría… Claro, si tú para tu vestido te puedes gastar como mucho 3000€ pues esta situación es un drama. Ya no encontrarás otro vestido como ese, que te haga sentir lo que te hizo sentir ese vestido. Y entre unas cosas y otras, casi es el doble de tu presupuesto. Sin embargo, si al llegar a la tienda les dices cuál es tu presupuesto, nunca te hubieran enseñado ese vestido, ni mucho menos te lo hubieran dejado probar…
La búsqueda: a quién llevar a elegir el vestido de novia
Obviamente, este apartado es algo muy personal, pero aun así creo que puedo daros algunos consejos que os ayudarán a elegir realmente el que es ¨el vestido¨.
Mejor pocas personas, y no solo por la situación actual de Coronavirus. Hablando con Cristina de Pronovias León, me ha confirmado que las novias que han elegido su vestido durante la pandemia han tenido sesiones de búsqueda más calmadas y han sido más ellas mismas, y muy pocas han cambiado de idea una vez elegido su vestido, ya que durante este último año y medio únicamente se permitía acudir con 2 acompañantes.
Si vas con mucha gente, es muy probable que, por mucho que te conozcan y sepan tus gustos, cada uno de tus acompañantes tenga unas preferencias diferentes, y te puede hacer confundirte. ¿Tendrá razón en lo que me está diciendo y aunque yo quería un vestido sin tul, un vestido con tul es lo que necesito? Uffff….
Asegúrate no solo de que sean los justos en número, sino también que sean personas que conocen tus gustos, y que van a saber aconsejarte en función de estos, que van a ser 100% honestos sin priorizar lo que ellos querrían. Personas de total confianza, pocos y buenos.

La ropa interior del día B
Seguro que cuando te imaginas tu ropa interior para el gran día te imaginas un conjunto súper sexy, para darlo todo en la noche de bodas… ejem ejem. ¡Pues olvídate!
La ropa interior que irá debajo de tu vestido de novia, en general, será de todo menos sexy, más bien el ¨antídoto de la lujuria¨…
Dependiendo de la forma de tu vestido necesitarás un body que deje la espalda al aire, o unas copas sin unión para un escote profundo, y que no se marque la tripita: una faja, pero que puedas ir al baño: faja con apertura inferior. Y claro, si el vestido es de crepe… ¡que no se marque nada!
Es todo un mundo lo de la ropa interior para vestidos de novia. Os aconsejo visitar la corsetería de El Corte Inglés, así como tiendas de lencería como especializadas en novias, como Triumph en León, Diseño2 Lencería, o muchas otras.
Lo más importante, que lo que compréis se pueda descambiar, y llevadlo al día de la prueba. El día que desde la tienda os llamen: ¡tu vestido ya está aquí, tienes que venir a probártelo para ver si hay que hacer algún retoque! Llévate lo que hayas elegido, incluso si tienes opción A, B y C, para probarlas todas con el vestido y asegurarte que no se asoma nada por donde no debe, que no se marca nada y, lo más importante, que estás cómoda. Y el modelito sexy… te lo pones al volver al hotel para la noche de bodas 😉 Por supuesto, para esta prueba tan importante como llevar la ropa interior, es tener ya los zapatos y llevarlos también a la prueba. No es lo mismo estar en zapatillas que en 12 centímetros de tacón, y claro, hay que ajustar el largo del vestido y coger el bajo exacto. ¿Lo habías pensado?

La última prueba
Quedan 3 días para la boda, y estás hecha un flan, como es lógico. Y tienes que ir a recoger por fin el vestido de novia, vas toda sonriente y emocionada, el viernes por la tarde. El sábado vas a vestirte y… ¡este no es mi vestido! Horror, pesadilla nivel 9000.
Por eso siempre recomiendo probar de nuevo el vestido en el momento que lo recogéis, para aseguraros que es el vuestro, no solo el modelo si no que lleva los arreglos que tú necesitabas.
Bonus extra: Outlets de vestidos de novias
Otra opción que muchas novias eligen para mantener su presupuesto lo más bajo posible es elegir un vestido de muestrario, de temporadas anteriores, o incluso de un outlet de vestidos de novias. En estos casos los tiempos se pueden reducir mucho, no solo el precio, ya que el vestido que te llevas a casa es tal cual el que tienen en la tienda de pruebas. En estos casos solo tendrás que llevarlo a la tintorería en el caso de que quieras asegurarte que está impoluto después de tantas pruebas, o a una modista en el caso que necesites algún arreglo. Es una opción en auge que permite recortar presupuesto en muchos casos.
